"Es el arte de crear formas figurativas o abstractas, tanto externas como en relieve. Las obras escultóricas se expresan mediante formas sólidas, reales, volumétricas; pues ocupan un espacio tridimensional: tienen alto, ancho, profundidad, por lo que el volumen y bulto puede tocarse, rodearse y verse desde cualquier ángulo"
Lo que más nos ha llamado la atención al leer definiciones como esta es que, aunque no lo nombre, nos están ablando de un modo de expresión artística caracterizado por la libertad. Y es que, desde tiempos inmemoriables la escultura se ha ido desarrollando hasta alcanzar límites insospechados. Lo que antes se caracterizaba como bello hoy día puede no serlo. Las formas y concepciones artísticas van cambiando y los materiales, espacios, temas... que tratan las obras escultóricas también. Sino, no tenemos más que observar estas imágenes.
El discóbolo, Mirón de Eleuteras
Monumento a la vaca derretida
Entre ambas obras ha pasado mucho tiempo. Una y otra tienen muy poco que ver pero ambas se caracterizan porque despiertan una serie de sentimientos en quien las crea y en quien las realiza. No tenemos claro si esos sentimientos son positivos o negativos, si atraen o por el contrario espantan y horrorizan. Lo que esta claro es que es una forma de expresión artística que no deja indiferente a nadie.
Pretendemos, a lo largo de este cuatrimestre, quién sabe si durante más tiempo, hablar acerca de los principales avances en escultura que se han llevado a cabo a lo largo del siglo 20 y maravillarnos con este mundo de la escultura del que, estamos seguros, llegaremos a ser grandes expertos.
Lo principal es ponerse manos a la obra y comprender, asimismo, que a lo largo y ancho de nuestro planeta tenemos multitud de estilos escultóricos diferentes que debemos valorar y admirar pues forman parte de una cultura universal en la que estamos inmersos desde que nacemos.
Arte de todos y para todos.
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